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Arquitectos: Bernardes + Jacobsen Arquitetura
- Área: 11240 m²
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Fotografias:Leonardo Finotti,
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Proveedores: Hunter Douglas, Otis, Belmetal, Deca, Interface, Interfacefloor, Knauf, Levantina, Lumini, Neocom System, Painel lady, Plaka, Resinfloor, Sapa Building System International NV, Technical Glass Group T2G, Vidro Real
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Tuvimos como desafío unir tres construcciones existentes de características distintas con el objetivo de acoger el Museo de Arte de Río, la Escuela de Olhar, además de espacios para la cultura y el ocio. El Palacio Don Juan, el edificio de la Policía y la antigua carretera de Río, conectados, debieron ser parte importante de la gran intervención en la región central y del casco histórico. Para cada construcción analizamos diferentes niveles de mitigación y prevención.
El primer paso fue establecer un sistema de flujo de que el Museo y la Escuela funcionen de forma integrada y eficiente. Así, propusimos la creación de una plaza en el techo del edificio de Policía, que reunirá todos los accesos, así como también albergará un bar y un área para eventos culturales y de ocio. De esta forma, la visita será de arriba hacia abajo.
Fue establecido que el Palacio, en función de sus grandes pies derechos y de la planta libre de estructura, deberá albergar las salas de exposición del Museo. El edificio de la Policía será utilizado para la Escuela de Olhar, auditorio, salas de exposición multimedia y para las áreas de administración y funcionarios del complejo. Los pilares, hoy utilizados como acceso, se transformarán en un gran vestíbulo de todo el proyecto, que comprende también áreas de exposición de esculturas. El acceso controlado se dará entre las dos construcciones, caracterizando este vacío como espacio interior abierto y cubierto. La marquesina de la carretera, elemento catalogado como patrimonio de la Ciudad, será utilizada para los baños, bodega y zona de carga y descarga de desechos.
La conexión y la circulación de los visitantes entre los dos edificios, será por medio de una pasarela suspendida y pertenecerá a la nueva construcción, una condición lo más insólita posible.
Para el edificio de la Policía, proponemos la eliminación del último nivel para igualar las alturas de los dos edificios y también la sustitución de la mampostería de las fachadas por perfiles de vidrio translúcido, haciendo visible el sistema estructural de columnas y revelando los pilotes. Finalmente, como marca de proyecto, proponemos que la cubierta de la plaza elevada tenga una forma abstracta y etérea. Una estructura fluida, extremadamente leve, simulando la ondulación de la superficie del agua. Una arquitectura de carácter poético y cargada de significado, simple y al mismo tiempo moderna, cuestión de cálculo estructural. Este elemento será visto tanto de cerca como de lejos, tanto desde abajo, para quien está llegando a la Plaza Mauá,como desde arriba, para quienes están en el Morro da Conceição.